¿Buscas un lugar céntrico donde
pasar tus vacaciones en Madrid? ¿Un espacio cercano, distinto a todos, con
encanto y con historia? Tu hotel en Madrid se llama, entonces, Posada del
Peine, en Calle Postas, Nº 17, en pleno centro histórico de Madrid y a escasos
metros de la Plaza Mayor
Cuentan las crónicas de la Villa
de Madrid que la Posada del Peine se abrió a principios del S. XVII, desde
entonces sus puertas han permanecido abiertas hasta el día de hoy. A día de
hoy, y tras ser reformado y rehabilitado en el año 2005, recibe también el
nombre afrancesado de Petit Palace Posada del Peine.
Hoy día este singular y coqueto
hotel presenta un aspecto cuidado y muy retocado. Todo un lujo para recrearnos
en sus tradicionales y antiguos mosaicos de sus paredes, sus columnas y sus
vidrieras, antiguos vestigios de su historia y de cuanto fuimos.
La Posada del Peine cuenta con 70
habitaciones cuidadas, ambientadas y con un diseño interior moderno y
minimalísta, siempre sin descuidar su historia en pequeños o grandes detalles
que seguramente llamarán nuestra atención y suscitará nuestra curiosidad.
Su nombre, Posada del Peine viene
de antiguo. Al poco de su inauguración y
ser lugar de carruajes (parada de postas y carruajes de quienes llegaban
de fuera a la Capital del Reino); al poco tiempo uno de los dueños decidió atar
todos los peines que se ponían en las habitaciones, para evitar ser robados por
quienes se alojaban en sus habitaciones. Ese es el origen del nombre de esta posada en Madrid.
Como vemos, eso de llevarse cosas
de los hoteles viene de antiguo. Hace cinco siglos se llevaban los peines, hoy día algunos se llevan las toallas.
Sea como fuere y, dejando a un
lado costumbres poco confesables, este excepcional hotel además de destacar por
su historia y por lo que representa, así como por su magnífica ambientación,
tiene el valor añadido de su ubicación.
De tal modo que es un lugar muy
cercano no solo a lugares tan emblemáticos de Madrid como Sol, sino que también
de otros como la Catedral de la Almudena, el Templo de Debood, Gran Vía o a unos
20 minutos caminando a través del Barrio de los Austrias o por la La Calle
Atocha, de lugares como el Retiro, El Museo del Prado o Atocha.
Es, fue y vuelve a ser un lugar
emblemático del Madrid más auténtico. Quizá poco conocido o reconocido, el Hotel del Peine estuvo presente en el
ingreso en la Real Academia de Camilo Jose Cela. A este edificio le dedico su
discurso de entrada a tal institución.
Bécquer, Larra o Gutiérrez Solana fueron otros insignes personajes que
conocieron este castizo hotel, de hecho aparece en algunas crónicas de Larra y
algún cuento del poetar romántico por antonomasia, el gran Adolfo Bécquer.
Es un sitio mágico, singular y distinto a cuento podemos imaginar el
tipo de hospedaje en Madrid. Este lugar, aún guarda un sabor a autencidad, a
historia e historias pasadas, un lugar y unos espacios que, a buen seguro, nos
harán sentir, vivir y disfrutar lo más auténtico e histórico de aquel Madrid
galdosiano que aún hoy se niega a morir en algunos rincones y callejas casi
olvidadas.
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