A veces la fantasía puede ser caprichosa. Tanto como para
crear espacios únicos y singulares que solo han podido sobrevivir a la historia
y los sucesos gracias, precisamente, al capricho de la casualidad y quizá de
los milagros. El hotel Singular Aisia es uno de esos espacios, un hotel
antiquísimo poco conocido pero totalmente recomendable visitar, por su historia
y también porque es un hotel económico.
Asomado al mar, ubicado en la
villa pescadora de Lekeito, el Hotel Aisia es un edificio aparentemente normal,
incluso poco conocido y poco reconocido. Muy pocos saben que este edificio
fue levantado sobre una antigua edificación militar que ya existía desde antiguo. Se trata, dicho edificio originario, del antiguo Palacio
de Uribarren, construido por amor a una de las más hermosas emperatrices
Austriacas del Siglo XVIII. Este fue su lugar de destierro cortesano por
obedecer a su corazón en detrimento de las rígidas normas sociales imperantes
en la Corte Austriaca de aquellos tiempos.
El Hotel Aisia es un lugar
privilegiado en un entorno privilegiado. No solo por su hermoso, intenso y
hondo pasado; lo es también por la propia ubicación que ocupa, mirando al
proceloso mar Cantábrico y por la propia villa donde se levanta, el orgulloso
pueblo Lekeitio cuna de aguerridos marinos y temerarios pescadores vascos.
Conocedores de la importante
riqueza histórica del edificio, los dueños han querido evocar, en cada detalle
y cada lugar de este singular hotel, los orígenes e historia del edificio; es
por ello que proliferan muebles antiguos y espacios totalmente ambientados en otras
épocas en recuerdo y loa de aquella princesa europea que por amor fue
desterrada a este lugar.
Se podría decir que se crea una
atmósfera especial, el lugar donde afloran sentimientos y emociones a través de
lo que vamos conociendo y sabiendo de este edificio. La sensación de estar en
un lugar atípico de la costa vasca y de ser, nosotros mismos, partícipes de esa
antigua y olvidada historia de amor.
Se dice por todo ello, se comenta
en el pueblo de Lekeitio que las parejas que pasan por el Hotel Aisia salen
mucho más enamorados de lo que entraron y que dichas parejas durarán ya para
siempre, más allá de los tiempos. ¿Interesante, verdad?
El hotel es un sitio coqueto,
cuidado. Perfectamente ambientado pero sin descuidar los detalles en la
atención y el confort de quien se hospeda. La mitad de sus habitaciones tienen
grandes ventanales al mar. Es un lugar en invierno nostálgico, hermoso y bello
en sí mismo, bajo esa lluvia fina que tanto acontece en el norte peninsular.
Además, este mágico espacio
hotelero ofrece otros servicios que no podremos dejar pasar por alto: una
maravillosa terraza con vistas al mar, donde podremos degustar los
excepcionales platos marineros de sus cocinas y un espacio de talasoterapia,
donde podremos darnos todo tipo de masajes relajantes y disfrutar de chorros de
agua, directamente incorporados del bravo Cantábrico.
Hotel Singular Aisia es un lugar
especial. Merece la pena si vamos a visitar la costa vasca hacer una parada en
este evocador lugar y permanecer unos cuantos días. El entorno es inmejorable y siempre
es una experiencia intensa visitar los alrededores y conocer, aún más, lo
bello, lo profundo y lo singular de la cultura vasca, tan moderna como
tradicional en sus formas y sus conceptos.
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