Dentro del término municipal de
Viveiro, en pleno corazón del agreste Lugo, podemos encontrar una casa rural
con encanto. “Un auténtico paraíso”, según la definición de los que hemos tenido la suerte de conocer y sentir la magia de este lugar..
Casa do Batán es un precioso
hotel-casa rural, con disposición para unos pocos huéspedes, no demasiados,
donde uno no dejará de asombrarse de los idílicos paisajes y del edificio en
sí.
El concepto de negocio viene
definido por ser una especie de hotel rústico, con habitaciones independientes,
ambientadas con todo lujo de detalles y, por otro lado una funcionalidad y estética de casa rural; donde se
pude disfrutar de la naturaleza en estado puro y de un sinfín de actividades
plenas y naturales.
La casa do Batán fue en origen un
antiguo batán, en épocas posteriores reconvertido en molino; es, a día de hoy
uno de los lugares con mayor encanto y belleza que podemos disfrutar en toda la provincia de Lugo. La
integración con el medio natural es plena.
La inspiración para la
ambientación y la recreación de lugares y espacios únicos viene definida por el
estilo tradicional gallego, tanto en planta, como en edificación y ornamentación de los
espacios, así como en su distribución.
El edificio, como ya hemos dicho,
data del año 1670. Se han conservado las salas principales y elementos como el
artesonado de madera o puertas y dinteles.
Además, son originales, también la lareira, el horno y los fregaderos de
piedra o los antiguos grabados en portales y dinteles.
Por otro lado, también habría que
señalar la reconversión de distintos espacios en otros, para dotar de total
funcionalidad y confort al imponente edificio de piedra. De este modo, las
antiguas cuadras son ahora el comedor, o el antiguo silo de almacenaje se ha
redefinido como un comedor a cielo abierto, sin techo, donde uno se puede
extasiar a la luz de las estrellas en las noches del verano galego, mientras
cena en buena compañía.
Además del imponente edificio
principal, Casa do Batán está rodeado por impresionantes paisajes propios de novelas o de cuentos.
Dos ríos rodean el edificio principal y, además cuenta con un cristalino estanque.
En el lugar principal del
principal jardín está el típico hórreo gallego. Nosotros, durante nuestra estancia en Casa do Batán, pudimos almorzar bajo
la sombra de los fresnos y los robles que jalonan un comedor al aire libre.
Disfrutar de un libro, sentir la tranquilidad, sobrecogernos con la brisa y las
mil esencias y sonidos que ésta lleva en su seno, son otras de las actividades que podemos realizar sin prisa.
Es un lugar apartado. Un espacio
entregado al aislamiento y a la tranquilidad, a la reflexión quizá o al
ensimismamiento de cuantas maravillas rodean al edificio. Un lugar de lectura e
introspección bajo noches estrelladas o sobre el sol que nos ilumina, un sol norteño. Podemos contemplar el paso de las nubes, reposando
en las muchas tumbonas que jalonan el precioso jardín. Es un lugar idílico, no cabe duda.
Señalar, además, que debido a la
llamada filosofía slow en este espacio de la Casa do Batan no hay televisión,
tampoco se admiten niños.
Por último, cabría señalar que,
aunque es un espacio cerrado, un tanto aislado quizá, merece la pena dedicar un
día para conocer los alrededores o las pequeñas aldeas del norte de Galicia.
También estamos relativamente cerca de lugares como Estaca de Bares, los
Acantilados de Laiba,Ortigueira, etc.
Casa do Batán ha de ser un lugar que deje profunda huella en nuestras mentes y en nuestros corazones, no cabe duda, si lo que anhelamos es la paz interior, la tranquilidad o el contacto con una naturaleza pura e intensa.
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